En la región zapoteca de Oaxaca, los curanderos y curanderas han utilizado el mezcal, entre otras herramientas, como un medio para sanar lo que se conoce como “el susto” o la pérdida del alma.
¿Pero qué es exactamente este “susto”?
Según la fallecida maestra curandera Ángela Méndez, autora del libro “Herbolaria Oaxaqueña para la salud”, el “susto” o espanto se origina a partir de impactos emocionales o eventos traumáticos, como caídas, accidentes, sismos, así como de fuertes emociones vinculadas a conflictos de pareja, depresión, separaciones, desamores, duelo o soledad. El resultado de estas experiencias es una pérdida del alma, un desequilibrio interno.
Los síntomas del “susto” son variados y pueden incluir insomnio, ansiedad, pérdida de apetito, debilidad, vómitos y diarrea. Cuando alguien de la comunidad acude a un curandero en busca de ayuda, relata sus problemas y síntomas. Tras un diagnóstico que identifica el “susto”, el curandero se prepara para realizar una “limpia” y, posteriormente, un baño de temazcal.
Los curanderos utilizan una serie de elementos en su proceso, como el ramo de limpia, el tacto, el huevo, el aceite, la albahaca, la ruda, el mezcal y la resina de copal. Cada elemento tiene su función específica.
El huevo restablece la esencia física y emocional del paciente, el aceite estimula los sentidos, la albahaca equilibra las emociones y elimina la negatividad. La combinación de la ruda y el mezcal permite que el alma regrese al cuerpo. Después, el huevo se coloca en un vaso de agua para observar lo que ha sido expulsado del cuerpo, lo que representa el estado de ánimo del paciente y se arroja a la naturaleza para brindar tranquilidad.
El ritual concluye con un baño de humo de copal que ayuda a integrar y armonizar al paciente, seguido de un baño de temazcal, a veces con mezcal y 16 hierbas, recomendado durante tres días para una cura efectiva.
El mezcal, con su poder y misticismo, desempeña un papel fundamental en este proceso de sanación. No se trata simplemente de una bebida alcohólica, sino de una bebida ritual que los curanderos utilizan para traer de vuelta el alma al cuerpo y restaurar el equilibrio interior.
Por esta razón, el mezcal debe ser tratado con profundo respeto y consideración, ya que encierra una dimensión más allá de lo que puede apreciarse a simple vista.